El periodista salvadoreño, fundador de El Faro, recibe el premio Julio Anguita Parrado reivindicando el periodismo como instrumento de denuncia de los abusos del poder y de la corrupción

Reivindicar el oficio de reportero en esta época de mentiras, noticias falsas y posverdades es una necesidad urgente, ha reivindicado el periodista salvadoreño Carlos Dadá, al recoger el premio de Periodismo Julio Anguita Parrado, otorgado por el Sindicato de Periodistas de Andalucía, con la colaboración del Ayuntamiento, la Universidad y el Parque Joyero de Córdoba. El periodista, fundador del diario digital El Faro, ha reclamado el papel del periodismo como “instrumento de denuncia de los abusos de poder, de la corrupción y de la impunidad”, a la vez que recordaba a Julio Anguita Parrado como “uno de los nuestros”.

Carlos Dada recibió el premio en el Centro de Recepción de visitantes de la Puerta del Puente de Córdoba, ante un numeroso y entusiasta auditorio, entre el que se encontraba la familia de Julio Anguita Parrado. En un intenso discurso, Dada pidió para el periodismo un papel pacificador: “le corresponde ayudar a la construcción” de la memoria, que nos ayude a explicar la espiral de la violencia”, dijo, a la vez que pidió salvar al periodismo: “la propuesta –añadió- de los despachos y de algunas redacciones de salvar los medios sacrificando al periodismo es un insulto a nuestros conciudadanos y a la misión que esas sociedades nos han encomendado”. Y culminó sentenciando: “el periodismo no se debe a sus lectores, se debe a sus principios”. También reclamó debate, para lo que se requiere “análisis y cocción lenta”, en contra de la “dictadura del clic” en la que está volcado el sector.

Lola Fernández, Secretaria General del Sindicato de Periodistas de Andalucía.

Agujero informativo

Por su parte la secretaria general del Sindicato de Periodistas de Andalucía (SPA), Lola Fernández, sintetizó el trabajo de los reporteros hoy día en zonas de conflicto: “su realidad diaria es trabajar sin chaleco, sin seguro ni contrato”, vendiendo por precios irrisorios de 50 o 35 euros crónicas por las que han arriesgado su vida para contarnos el sufrimiento de la gente. Ello ha provocado, dijo, un agujero informativo en amplias zonas del mundo.

La secretaria general del SPA denunció también lo que está ocurriendo en nuestro país, donde el periodismo padece una grave crisis, provocada por la precariedad y las leyes mordaza que lo atenazan. Y por ello reivindicó, citando a la francesa Julia Cagé “una reapropiación de los medios por parte de quienes hacen información y de los que la consumen”, algo imprescindible para la democracia. Lola Fernández terminó pidiendo un minuto de silencio para los compañeros que han perdido la vida en el último año.