Tratamiento informativo de los secuestros en Somalia

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Tratamiento informativo de los secuestros en Somalia

SPMPara entender Somalia, la piratería y un secuestro, Ángel Gonzalo, miembro de la ejecutiva del Sindicato de Periodistas de Madrid (SPM), que forma parte de la FeSP al igual que el SPA, ha elegido el libro Billete de ida del fotoperiodista español José Cendón, secuestrado cuarenta días en 2008 en ese país. La reflexión e indignación de Gonzalo se amplía al reciente caso del ‘Alakrana’ y al actual de los cooperantes españoles secuestrados en Mauritania.

Ángel Gonzalo, miembro de la ejecutiva del SPM

Acabo de leer el libro “Billete de Ida” del fotoperiodista independiente español José Cendón, secuestrado en Somalia durante casi 40 días en 2008 junto al también periodista, el británico Colin Freeman. Entre otras cosas, me parecen brillantes sus aportaciones para entender un país: Somalia; un delito: la piratería; y una de las peores situaciones por las que puede pasar un ser humano: un secuestro.

Además, me producen indignación las cosas que cuenta sobre la profesión periodística. La falta de rigor informativo a la hora de informar sobre Somalia, el hecho de no contrastar las fuentes, de no acudir al lugar de los hechos y el “divismo” de algunos periodistas. En el libro pone ejemplos de sobra que justifican sus afirmaciones.

Y además, me parece interesantísimo el debate que abre y que está ahora de actualidad, por el tratamiento informativo del secuestro del atunero “Alakrana” o por lo que ocurre ahora mismo con los tres cooperantes españoles de una ONG catalana secuestrados en Mauritania. FeSP

En Reino Unido cuando se conoció el secuestro de Cendón, junto al del periodista Colin Freeman del Sunday Telegraph, los medios adoptaron una medida: blackout (apagón) informativo. Es decir, informaron de que dos periodistas habían sido secuestrados y no volvieron a darle apenas cobertura al asunto hasta que se produjo la liberación de los periodistas. Confiaron en los negociadores, iniciaron un gabinete de crisis y remaron todos a una.

En España, cuando se produjo el secuestro, los medios lo situaron en primera línea de actualidad y se produjeron ríos de tinta sobre la noticia, incluidos testimonios de familiares, notas de prensa de dudosas fuentes y reportajes especiales para medios rosa. El Gobierno tuvo que lidiar con toda esa publicidad además de realizar continuos desmentidos sobre el secuestro.

Cendón asegura que el blackout de los medios británicos fue una buena medida y contribuyó a lograr su liberación. Por otra parte, la sangría informativa de los medios españoles causó un gran desasosiego en sus familiares, así como numerosas molestias por la continua exposición pública, y pudo incrementar el precio del rescate. Tampoco benefició en nada la acción del Gobierno para lograr su liberación.

Recientemente, ha ocurrido algo parecido con el secuestro del “Alakrana” y algo parecido está pasando con el secuestro de los cooperantes españoles en Mauritania.

Sobre este último hecho, es curioso, el 1 de diciembre se dio la noticia de la liberación de los cooperantes en todos los medios. Sin embargo a día de hoy, 3 de diciembre, permanecen todavía secuestrados. Me pregunto dónde está el rigor periodístico y dónde la responsabilidad del periodista con hechos como este. Me pregunto qué pasa con las fuentes, por qué no se contrastan. Me pregunto si lo que venimos diciendo en el SPM durante años “mi precariedad es tu desinformación” no resulta evidente con hechos como este. Me pregunto también cómo se sentirá la familia tras ver cómo los medios daban la noticia de la liberación para luego tener que desdecirse.

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