La empresa editora del diario El Día de Córdoba, el Grupo Joly, anunció el pasado martes a la plantilla su decisión de presentar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que supondrá, de efectuarse, el despido de 10 de los 29 profesionales que actualmente componen la redacción y la administración de esta cabecera, nacida en el año 2000.

La compañía, sin ningún tipo de negociación previa ni consulta, dio a conocer tal medida al comité de empresa y le anunció el nombre de las personas a las que pretende poner en la calle bajo las peores condiciones posibles existentes en el actual marco laboral y con unas indemnizaciones miserables. De este modo pretenden dejar en una situación de fragilidad a profesionales intachables que durante toda su trayectoria en el diario -algunos de ellos son miembros fundadores- han cumplido de manera impecable con el cometido que la empresa les ha ido asignando hasta convertir a El Día de Córdoba en un medio prestigioso y querido, esencial en el entramado social cordobés. Los trabajadores de El Día, tanto los afectados por el ERE como los no afectados, mostramos el mismo martes, tras conocerse tan injusta e inhumana decisión, nuestro total rechazo a la misma y reclamamos que se abriese una negociación sin condiciones previas entre la empresa y el comité con el fin de abordar posibles medidas que hagan viable la supervivencia de la cabecera sin que ello suponga que trabajadores admirables, que en muchísimas ocasiones han realizado su labor en condiciones de gran dureza y con sueldos exiguos, se vean abocados a una salida en todo punto abusiva. El Grupo Joly, sin embargo, se cerró en banda a tal posibilidad y anunció su total oposición a cualquier tipo de negociación que no pase por aceptar tal cual tan humillante propuesta.

Ante tal actitud, los trabajadores de El Día de Córdoba manifestamos:

1-. Que el lunes 10 de septiembre iniciaremos una serie de movilizaciones con una concentración en la cordobesa Plaza de Las Tendillas con el fin de hacer visible ante la sociedad, a la que con nuestro trabajo hemos intentado siempre enriquecer e impulsar, la injusta situación que padecemos debido a los errores de gestión empresarial y a la deficiente planificación del Grupo Joly, de la cual los trabajadores somos por completo inocentes. Del mismo modo anunciamos que sostendremos tal actitud mientras la empresa mantenga cerrada la puerta al diálogo y que nos reservamos la posibilidad de emprender otro tipo de medidas en caso de que la compañía persista en despedir bajo tales condiciones a los empleados afectados, los cuales continúan realizando a día de hoy con excelencia su trabajo diario a pesar de la amenaza de despido que recae sobre ellos.

2-. Reclamamos asimismo a los máximos dirigentes de la empresa, cuyo contacto personal con la plantilla ha sido inexistente durante los últimos años, que ajusten su comportamiento al pensamiento humanista en el que se sustenta la línea editorial de las cabeceras del Grupo Joly y que ha sido el que ha hecho viable que su más antiguo periódico, Diario de Cádiz, sea hoy la cabecera decana de la prensa española y una de las más queridas de España. Manifestamos por tanto que carece por completo de coherencia moral que se repita a menudo, como de hecho ocurre en las declaraciones públicas de los máximos dirigentes de la compañía, que el objetivo social de la empresa es contribuir a la creación de una sociedad andaluza más humana y justa y al mismo tiempo se pretenda ejecutar una medida tan inhumana y tan injusta. Recordamos en este sentido que la empresa ni siquiera ha comunicado personalmente a los afectados la decisión tomada y han tenido que ser los responsables del comité de empresa, trabajadores como los demás, los encargados de tan triste cometido. Tal situación da cuenta de las distancias siderales existentes entre los gestores del Grupo Joly y sus trabajadores en Córdoba, cuyo comité nunca hasta la fecha había sido informado, ni siquiera de forma superficial, de la situación económica de la compañía ni consultado sobre posibles medidas para relanzar el diario en estos tiempos de crisis. Reclamamos de tal modo a los altos ejecutivos del Grupo que atiendan a los principios de humanidad, equidad y justicia que han logrado hacer pervivir a esta empresa familiar a lo largo de su centenaria historia. Ellos deben saber mejor que nadie que sin periodistas y sin dignidad laboral resulta imposible que existan buenos periódicos.

3-. La plantilla de El Día de Córdoba solicita por último a la sociedad cordobesa que sea sensible con la difícil situación que padecemos, pues en 2010 sufrimos una debacle parecida con nueve despidos improcedentes, y le pedimos su respaldo en cuantas movilizaciones y medidas de protesta llevemos a cabo. Durante años hemos intentado estar al lado de los desfavorecidos, de los que sufrían, y, al mismo tiempo, hemos tratado de contribuir al impulso cultural, deportivo, sanitario, político, económico, judicial, educativo -social en suma- de nuestra provincia; ahora, por contra, somos nosotros los que le pedimos a la sociedad que entienda nuestro malestar y nuestro sufrimiento y se oponga de la forma que mejor entienda y sepa a esta medida cruel y evitable que creemos empobrece nuestro entorno y nuestra calidad democrática y pone contra la espada y la pared a varias familias.

La plantilla de El Día se reafirma en todo caso en su decisión de luchar para que se abra una negociación verdadera que evite la salida de trabajadores tan excelsos bajo condiciones tan aberrantes y agradece las numerosas muestras de solidaridad y apoyo que hemos recibido en los últimos días. Siempre, desde aquel lejano 19 de noviembre de 2000 en el que llegó el primer periódico a los quioscos, hemos trabajado los que por aquí hemos pasado con un profundo amor a Córdoba y a Andalucía. Esperamos poder seguir haciéndolo. Es nuestra vocación y nuestro sueño.

Córdoba, 7 de septiembre de 2012