“Los medios de comunicación fomentan el racismo con su lenguaje, y no lo digo yo, lo dice la audiencia”.

“Los medios de comunicación fomentan el racismo con su lenguaje, y no lo digo yo, lo dice la audiencia”.

Esta es una de las primeras conclusiones que la periodista granadina Mercedes Barrutia ha llevado al II Congreso Comunicación y Pensamiento celebrado en Sevilla. La otra consideración es que “ya que la audiencia se va a comer lo que le demos, démosle algo bueno”, dice la profesional de la información, quien ha presentado en el simposio dos investigaciones relacionadas con la cobertura de la inmigración ilegal y los medios de comunicación.

Una serie de saltos a las vallas de Ceuta y Melilla es el punto de partida de las investigaciones que la periodista Mercedes Barrutia ha presentado estos días en Sevilla y que sin duda son reveladoras para el campo de la comunicación y la actividad profesional periodística. Tras avalar con datos basados en la metodología cualitativa que en plena era de la información la sociedad se encuentra más desinformada que nunca, Barrutia ha dado un mazazo brutal al gremio: “los medios de comunicación fomentan el racismo con su lenguaje”. Además, la periodista ha explicado cómo “se puede obtener información de forma libre en muchísimos medios y soportes, pero sin embargo siempre encontramos el mismo contenido, con las mismas fuentes y con los mismos datos, con las mismas preguntas sin respuesta, por tanto la información está bloqueada y como consecuencia se limita la capacidad crítica y el imaginario colectivo”, afirma.  Es el momento en el que Barrutia acuña el término “indigestión informativa”, pues “nadie es capaz de asimilar, de digerir, un contenido incompleto”, explica la investigadora.

Para llegar a esta conclusión la periodista ha realizado una encuesta, de elaboración propia, que no ha contado con subvenciones o ayudas de ningún tipo, en la que han participado 770 personas. Casi el 70% de una audiencia “con un nivel educativo alto y un consumo de noticias alto, por lo que se entiende que tienen capacidad crítica, afirma que los medios fomentamos el racismo con nuestra principal herramienta: el lenguaje”, dice Barrutia. “Esto es horrible. Algo hay que hacer”, añade, y en este sentido la investigadora ha ofrecido la segunda parte de los resultados de su encuesta, una valoración de conceptos periodísticos y jurídicos relacionados con la inmigración ilegal con la que se determina qué palabras son las más apropiadas y cuáles las menos racistas a la hora de tratar de forma informativa el fenómeno migratorio.

Mercedes Barrutia junto a la imagen corporativa del Congreso.

Mercedes Barrutia junto a la imagen corporativa del Congreso.

Solo hay que lanzar una mirada a la prensa para reconocer ciertos términos empleados como sinónimo de inmigrante ilegal. “Según los resultados, el concepto ‘sin papeles’ es el término que más racismo genera en la sociedad, así lo ha expresado el 67,09% de los encuestados en un resultado estadísticamente significativo, seguido de ‘inmigrante’, que considera que incita al racismo el 30,40%”, ha expuesto Barrutia. Aquí ha llegado un dato muy curioso, “aunque ‘sin papeles’ se considera racista, no hay un resultado estadísticamente significativo para la respuesta de si es adecuado que los medios de comunicación lo empleen. Esto también es terrible, pues quiere decir que la sociedad está acostumbrada a consumir”, ha añadido. Por tanto, “es necesario que admitamos nuestra responsabilidad y resolvamos esta mala praxis. Y ya que la audiencia va a consumir el producto que le demos, tenemos la obligación de darle algo bueno”, ha concluido en esta línea la periodista.

Soluciones

La periodista también ha aportado soluciones, no solo problemas. “La encuesta refleja que la palabra que menos racismo despierta es el término ‘extranjero’, así lo afirman el 89% de los encuestados en un resultado que, insisto, es estadísticamente significativo, pero este concepto requiere matices. Simplificando mucho, existen dos tipos de extranjeros, los que se encuentran en situación administrativa regular y los que no, por lo que habría que añadir esta coletilla, la de ‘situación administrativa irregular’ para el caso que ocupa, que además coincide, o por lo menos se aproxima bastante, con el criterio jurídico”, dice la comunicóloga. Barrutia también ha puesto de manifiesto la necesidad de “ampliar la construcción de informaciones de las 5 a las 7 w, una sugerencia que quizá no sea nueva pero sí necesaria”, ha dicho. “Sin duda se hace preciso añadir por qué han ocurrido los hechos, por qué esas personas quieren entrar como sea en España, y con qué consecuencias, jurídicas, económicos, sociales… si no jamás fomentaremos un pensamiento crítico y el imaginario colectivo se forjará en un escenario que es solo contextualizable, no determinado”, ha añadido.

En el turno de preguntas tras la intervención de Barrutia, un asistente se ha mostrado interesado por la opinión de la periodista  ante una cuestión que viene desencadenada por su exposición: hacia dónde van los medios de comunicación, cuál es su futuro. Barrutia ha respondido que hacia “la resistencia, pues es cierto que en parte están muriendo debido a la precariedad laboral y a la coyuntura empresarial y económica, pero algunos nos resistimos”. La periodista ha explicado que “lo utópico puede ser eso, una simple utopía, pero sin duda es algo a lo que agarrarse, algo que nos mantiene a flote y nos ayuda a seguir”. Sin duda el turno de debate ha sido un momento de reivindicación, de reflexión y de crítica profunda a la falta de reconocimiento, en todos los sentidos, de la profesión.

Otro momento interesante de la ponencia es cuando se ha reflexionado sobre la especialización periodística. Barrutia afirma que “la especialización no sirve para nada, pero sin duda es imprescindible”. Esta contradicción ha sido explicada por la profesional desde su propia experiencia: “al acabar la carrera hice un máster en divulgación, que no me permitió dedicarme a ello pero me abrió otras puertas laborales al estar en el mercado. Después hice un máster en comunicación corporativa, pensando dar con una tecla mágica laboral, pero me pasó lo mismo. Luego me dediqué a estudiar los movimientos migratorios, y esto tampoco me ha resuelto la vida, o al menos de momento”, dice Barrutia de forma tajante. “Lo que sí es cierto es que esta formación me ha llevado a ser más crítica, a tener más capacidad de cuestionar a la fuente, a preguntarme cómo mejorar el modelo periodístico”, dice, lo que sin duda “se resume en hacer mejor periodismo”.

Barrutia es periodista y doctoranda en Ciencias Jurídicas por la Universidad de Granada. Su línea de investigación refleja la evolución de los movimientos migratorios a través de la Ley de Extranjería en los medios de comunicación españoles. La periodista, que espera defender su tesis en noviembre de este año, afirma que “la función educativa de los medios de comunicación parece haberse perdido, es necesario que seamos conscientes de ello y que adquiramos, de nuevo y cuanto antes, esta responsabilidad”, y para ello es preciso abogar por la especialización.

Firmado: Periodísticamente.es